Si se observan las culturas antiguas y tradicionales de todo el mundo, se podrá apreciar la presencia del 'Sol' en cada una de ellas, como el gran símbolo de la fuerza espiritual y también el portal a las realidades superiores. ¡Si! La mayoría de las tradiciones religiosas, espirituales, astrológicas, chamánicas, e incluso las tradiciones que tienen al 'Yoga' [unión] como su leitmotiv, veneran al 'Sol', mientras buscan comprender la sabiduría y la gracia que hay detrás de su forma exterior, intuyendo a través de él la fuerza suprema que contiene.
El 'Sol' es la representación más visible de lo que podría concebirse como la 'deidad suprema', el posible o verdadero 'Rostro de lo Divino', como afirman con elocuencia las antiguas 'escrituras especializadas' [Veda]. Es necesario considerar que el 'astro rey', el 'Sol', no es solo una masa de materia ígnea que genera luz y calor en un sentido externo, es además, la fuente o al menos la causa de que la vida se pueda manifestar en la creación, sino que también es la causa de la inteligencia, el amor y la consciencia: la luz de lo más profundo.
En todo el mundo se encuentran evidencias antiguas y contemporáneas de la adoración al 'Sol', como parte de un culto mayor o un sendero espiritual de luz, iluminación y comprensión del 'Ser'. Este culto, religión, sendero espiritual o 'dharma' al 'Sol', por lo general se presenta junto a la adoración del 'Fuego', muchas veces considerado como el 'fuego sagrado', y también de la 'Luna', con su halo de misticismo y misterio, como los principales aspectos de la 'Luz' y la 'Iluminación', que a su vez son los medios para adorar y venerar a la 'Naturaleza' y a la 'Mente Universal'.
La religión del 'Sol' predominó entre las antiguas civilizaciones como la egipcia, persa, hindú y otras, por nombrar sólo algunas, extendiéndose a los aztecas, mayas, incas y otros pueblos de las Américas. Las antiguas tradiciones europeas precristianas de griegos, romanos, celtas, germanos y eslavos también contienen un fuerte simbolismo solar. Incluso los enfoques monoteístas posteriores, como el judaísmo, el cristianismo y el islam, contienen, si no un simbolismo solar, al menos el simbolismo de la luz, de la iluminación. También hay un fuerte simbolismo solar en el zoroastrismo, el budismo y el sintoísmo y en muchas otras tradiciones espirituales demasiado numerosas para mencionarlas rápidamente. Estas enseñanzas espirituales suelen vincular al ser humano con el 'Sol', lo que convierte a la raza humana en sus hijos, representantes de la 'Luz' en la Tierra, con el propósito de cumplir su voluntad de alcanzar la 'iluminación' y la plena consciencia. En otras palabras, se podría decir que la religión inherente de los 'individuos', es la de la 'Luz'.
El 'Yoga del Conocimiento' [jñāna-yoga], representa al 'individuo', 'la alma' [jīvātma] como el 'Sol', por el refulgente brillo que emana desde su corazón, proclamándose como el ser espiritual que es [Yo soy Brahman/aham-brahmāsmi].
El 'Yoga de la Devoción' [bhakti-yoga] utiliza las imágenes del 'Sol', o de su 'disco solar' [sūrya-nārāyana].
El simbolismo del 'Sol' está presente en la 'tri-murti' hindú:
Brahma, el creador, tiene un aspecto solar.
Vishnu, el salvaguarda, es a menudo adorado como el 'Sol' como 'sūrya-nārāyana', la persona cósmica que mora en el corazón de todos los seres.
Shiva, el transformador, es honrado como la deidad suprema detrás del Sol, particularmente como 'Rudra', que representa lo más alto, la luz y el color del Sol.
De hecho, Brahma, Vishnu y Shiva son considerados a menudo como los tres aspectos de la energía solar que crean, sostienen y transforman el universo.
En esta incipiente era ecológica, se vuelve a las raíces de los ancestros al reconocer las fuerzas espirituales que actúan detrás de los eventos que la naturaleza manifiesta continuamente, especialmente por la existencia del 'Sol'. Es imprescindible cultivar de alguna manera al 'Sol' externo, no solo como la fuente esencial de la energía vital, sino, el 'Sol' interno como fuente de inspiración y de meditación. Sin duda que tal cultivo nos garantizará una visión mucho más amplia del mundo y de las enseñanzas espirituales no sólo de los Vedas, Yoga y Tantra, sino de todas las tradiciones solares que están sustentadas en la verdad y la iluminación, en el corazón de todos los seres vivos.
Se puede acceder a la energía solar y su gracia mediante estas actividades:
Por ejemplo, se puede acceder a todo el potencial del 'Sol' ejecutando la famosa secuencia [vinyāsa] de la práctica de 'hatha-yoga', el 'Saludo al Sol' [sūrya-namaskāra] cada mañana mientras el 'Sol' se eleva en el horizonte, mientras se recitan los diferentes nombres del 'astro rey'.
Practicar los ejercicios de control de la respiración [prānāyāma], incluyendo la respiración alternada por las fosas nasales, honrando al 'aliento vital' [prānā] como el 'Sol' en el interior del corazón.
Cantar con devoción las oraciones dedicadas al 'Sol' [sūrya-mantra], como 'hrim', 'gayatri', 'hamsa-mantra'.
Utilizar la luz solar para energizar el agua y las infusiones y bebidas de hierbas que ingieras.
Visualiza a 'Dios', al 'maestro' [guru], o a la deidad atesorada morando en el corazón como el 'Sol' interno.
Cultiva el discernimiento [viveka], la auto indagación, la meditación sobre la fuente de la luz como el 'Ser' [ātma], el 'Sol' que se es en el corazón.
No obstante, lo más sencillo es saludar al sol en cada amanecer respetuosamente repitiendo una tres o más veces:
Ōm Sūm Sūryaya Namah!
Para los seres vivos no hay nada más evidente que la presencia del 'Sol', como su influencia omnipresente en la existencia. Sin embargo, se olvida el esplendor espiritual del 'Sol' que vive en cada uno de los 'individuos'. Y aún teniéndolo en el interior, brillando plenamente, con relativa facilidad las tinieblas suelen obscurecer la visión de la realidad y uno se llega a perder en la ignorancia, aunque en el exterior este brillando a plenitud.
Por ello, la tarea que se ha de llevar a cabo es salir de la oscuridad de las tinieblas y permitir que la 'Luz del Sol Interno' brille libremente. Para ello, entre otras cosas es necesario brindar el solaz que la mente, las emociones y el cuerpo necesitan, de manera que el 'individuo real' se exprese a sus anchas a través de la consumación de la 'unión', la 'Práctica del Yoga' [yoga-sãdhana], y dejar que el 'Sol' vuelva a brillar.