El término 'karma' es una palabra sánscrita que significa acción, actividad, hacer; está formada por la raíz kṛta, que genera la palabra y el significado 'acción'; y la partícula ma, que se refiere a la métrica de la misma. Este término se refiere primordialmente a todas las 'acciones' y 'actividades' que se llevan a cabo con el cuerpo [śārira].
El Śivapurāna 1.18, la define así:
«En consecuencia, el cuerpo [śārira], junto al ego [ahaṃkāra] son los que llevan a cabo las 'acciones' y las 'actividades' [karma] que les permiten interactuar con el mundo, la creación material. Se cuenta como 'acciones' y 'actividades' a todos las decisiones, movimientos, deseos y también a sus consecuencias, lo cual incluye al nacimiento mismo, además de todas las acciones sucesivas que se suceden consecutivamente.
Las 'acciones' surgen por el deseo, el cual es parte de la naturaleza esencial del 'Ser' [ātma], y estos se manifiestan por tres medios que son:
las densas y burdas, realizadas por el cuerpo físico [sthūla],;
las sutiles y casi imperceptibles, ejecutadas por el cuerpo sutil [sūkshma], [ego, mente y deseos]; y
las causales, llevadas a cabo por la 'causalidad' [kārana], en otras palabras, 'por obligación' o como consecuencias de 'acciones' pasadas.
El cuerpo denso es responsable de todas las actividades [karma] burdas; el cuerpo sutil produce el disfrute de los placeres a través de los sentidos; y el cuerpo causal permite experimentar los buenos y malos resultados de las actividades [karma] pasadas del individuo [jīvātma].
El individuo [jīvātma] experimenta felicidad como resultado de haber ejecutado actos virtuosos, sin embargo, experimenta la miseria como consecuencia de haber realizado 'acciones' inapropiadas para sí, para con sus congéneres y su entorno. De esta manera el individuo se enreda en la laberíntica y vasta red de acciones, reacciones, y consecuencias tanto pasadas como presentes que lo conducen a perderse en el interminable ciclo de nacimientos y muertes [samsāra].»
No obstante, esta 'ley' o recurso propio de la creación no se puede considerar como el 'destino', porque todo individuo [jīvātma] se ve impelido a actuar por la fuerza de los deseos y sus consecuencias; en otras palabras, es obligado a seguir las directrices de estas consecuencias, lo que pudiera describirse como un libre albedrio condicionado, y es el individuo quien crea su 'destino'.
Esta 'ley' o recurso del equilibrio natural de la energía en la creación se fundamenta en la existencia perpetua de los individuos, los seres espirituales [jīvātma], porque de otra manera es imposible considerarla siquiera. Por lo tanto, la 'Ley del Karma', como es denominada coloquialmente, comprende la totalidad de las acciones y sus reacciones [consecuencias] concomitantes en esta vida y en las anteriores, todo lo cual determina el futuro. Conquistar el entramado de esta 'ley' requiere del proceder con inteligencia y de las respuestas que se puedan implementar, las cuales deben estar libres del yugo del ego, los deseos y los sentidos.
Las 'acciones' por la naturaleza de los deseos son muy diferentes unas de otras, por lo que sus consecuencias o reacciones obedecen a la intención real de la 'acción' inicial, el deseo. Así que, las consecuencias de estas 'acciones' [karma] son clasificadas de la siguiente manera:
Prārabdha-karma_ Son aquellas consecuencias resultantes de las acciones pasadas [karma], que son responsables del cuerpo y la existencia presente, siendo parte de sañcita-karma.
Sañcita-karma_ Estas son las consecuencias acumuladas de todas las acciones [karma] pasadas y presentes.
Kriyamāṇa-karma_ Son las consecuencias de las acciones y decisiones [karma] que se están llevando a cabo en el presente.
Por lo tanto, se debe entender que la naturaleza o la creación misma funciona con la sincronía y armonía de todos sus componentes, por lo que se deduce que el universo parece tener una función específica, aunque el hombre solo haya comprendido que esta función es solo la de procurar la vida de las diferentes especies, en particular la humana; y todo este proceder obedece al resultado del deseo de 'vivir', o sea el 'hacer', la 'acción'; y esta 'acción' se lleva a cabo mediante los pensamientos, las palabras, la actitud apropiada, las acciones en sí mismas bien sean propias o de algún otro ente.
«Nuestro destino se formó mucho antes de que el cuerpo llegara a existir.»
Tulsidas